29/7/12

El camino hacia el renacimiento de la oruga conformista


 La oruga resignada 

La oruga se acomodó en el árbol más cercano. "Pero uno de altura cercana al cielo - pensó- así sería más fácil ejercer vuelo a la hora de la conversión". Hecho que daba por seguro ocurría sin poderlo reconocer, puesto que pensaba, dejaría de ser ella. Luego, congeló sus más inocentes expectativas del futuro que sabía habría de llegar y se acomodó con mucho derecho. Una vez cerrado el capullo y lista la futura mariposa para enrumbar aventuras, hizo un último pensamiento. No intentó si quiera comprobar su trascendencia, y la rara relación que tenía con aquel momento inmemorable: la transición, la conversión, la metamorfosis.
Pensó, con una espontanea lógica, sobre todos los rumores oídos y murmurados de aquella vida pasada, que no había tenido rumbo. Y pensó que ahí mismo habrían de quedarse. "La palabra es un impulso... Lo que pasa es que nunca supe cómo dar marcha a esas aspiraciones” -autoreflexionó.

Me conformé, y ahora que estoy en mis últimos momentos sobre esta vida, puedo reconocer lo mucho que perdí, porque vivir sin vivir no es vida... Que el destino haga lo suyo" - mencionó al final resignada, y colocó sus brazos cruzados sobre sus hombros.

***
La metamorfosis

La oruga sabía que la vida que llevaba en ese traje sin forma no habría de quedarse ahí, que se transformaría pero que dejaría de ser ella. Ella moriría, y otra en su cuerpo, nacería – así pensó.  De pronto un fventarrón azotó el lugar, las hojas secas de los árboles caídos volaban dando a formas interminables en el aire. El lugar parecía vacío. El cielo oscureció y los primeros ruidos de los animales nocturnos aparecieron de manera creciente. Parecía haber toda una orquesta de vibra latente a un momento cumbre del misterio de la noche.
Al amanecer, en el árbol más alto residía un capullo verde inmóvil. Las ardillas y algunos pájaros cercanos a la rama en donde estaba, se asomaron por la extraña forma que yacía colgante ahí. Al cabo de unos días, el capullo se había vuelto transparente y dentro de él resaltaban comprimidos colores exóticos. Era primavera y aquella pequeña cosita colgante era la atención del bosque.

***
El Vuelo

El momento había llegado. El capullo empezó a moverse tintineante de un lado a otro, como queriendo salir.
Y al salir, la que alguna vez fue oruga, ahora tenía alas de color amarillas, naranjadas y blancas. Aquel ser ahora aéreo, no había dejado de ser lo que era. Era consciente de lo que había ocurrido, su destino no había acabado. Y mas bien lo que había acabado era su anterior forma. La luz de sol y el olor a campos verdes anunciaban una nueva etapa. Ella saldría convertida en mariposa.

Poco a poco, sacó una ala, luego la otra, pero sin desesperación. Y dejo por un momento sus patitas tocando su capullo. Una corazonada tocó su corazón y enrumbo curso en el viento.
El despegue de sus alas parecían dos destellos de luz poderosas. Al pulular, ella desprendía una luz de colores que dejaba iluminado el rastro por donde pasaba, y dejaba perplejos a los seres que la veían volar.
La mariposa no había pensado, ni mucho menos pronunciado palabra alguna. Se sentía libre y capaz de poder cruzar cualquier frontera que podía distinguir en sus alturas.

En su viaje, aterrizó en un arbusto muy lejano de donde partió. Al bajar la mirada vio en un lago. La mariposa quedo perpleja al ver que en el lago bailaba la imagen más hermosa que pudo haber visto jamás. Y en lo más profundo de esas aguas ondeantes, comprendió que era ella. Y que para poder llegar a sentir aquel sentido de ahora, debía inevitablemente atravesar aquel viejo camino.


8/7/12

Più Bella Cosa

Grandes cambios.
Experimenta mi alma. mi ser . mi cuerpo...

Gente tan maravillosa que me hizo recordar

lo Bella que soy!