25/11/08

Odal viento


(Para ti, quien me acoge)




Hay una niña sola y desesperada,
que se ahoga
con su propia lluvia.


Una niña, casi hecha mujer
pero con alma dulce de ella.
Y ella llueve
y el viento crece
y roza su cara.
Hasta dejar caer sus lágrimas
y sacarlas de aquel frágil rostro suyo.




El viento
Ese ser baila tangos con ella,
mientras camina con nadie.
Él, único testigo
de la gran intensidad
de aquel dolor.


Aquel no es un espontáneo
consuelo de minuto,
del recorrido sufrido.
Es mas bien,
testigo absoluto,
de su mas infinito ser.


Mas que un soplo.
Un remolino valiente
de consuelo profundo.


A menudo,
ella va en el centro de su espesor.
Ella se incrusta inersicamente,
por la energia
de aquella lluvia en su rostro.


El viento,
nuevamente crece.
Crece.
Crece
y le da un beso
de buenas noches.
Hasta dormirla.
Hasta mañana.
Hasta verla resucitada.

Y esperando otra vez
Dejarla abrazarse en sus brazos.

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