(Hay de dos)
Hay dedos que vibran
el desenchufe
de energía orgánica
y que engañan
a lo realmente orgánico.
Lo realmente orgánico
son los amantes frutíferos
de los murciélagos
de las luces
que brotan en sabia elaborada a
los aullidos silenciosos de los lobos
que siempre
y nunca andarán en extinxión.
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