Siento que después de este día
no habrá ninguno más.
Las uñas del ahogamiento
miran fijo un horizonte perdido
estupefactado de polvo y sumisión
El dolor del alumbramiento en la frente
de la mente y el falso olimpo
desea desprenderse de la condena
se dilata y oprime
hasta las profundidades que
descansa en mis ojos
Maldición no descansa.
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