las heridas de los monstruos
de este dolor
el fuego de tu boca
evaporándose en el silencio
la cobardía invisible del silencio
orgullo miserable del silencio
las torrentes firmes y crueles
de esta cárcel que me deja
sin el palpito de alguien que vive o sobrevive
mi paso violento se arrastra
con la sepultura de un futuro
lacrimoso y jadeante
y ahora mi aire se esfuma,
se pierde,
se busca y no se encuentra
no sabe de su corazón.
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