8/12/11

Los té filtrante sólo son una inspiración para creer que estamos bien



Cuando confirmamos que el alboroto es un aceptado abrupto propio, estornudamos la chispa de la envidia carcomida en mediciones. Pensamos en buscar, en querer, en hallar.
La solución, la pseudo competitividad, la flojera del compromiso pone en discordia las ganas de crearse los mundos. Porque según yo conozco, sólo los mudos no sólo conservan la inmortalidad del silencio, sino también hacen de la ausencia, un tacitismo esquisito. Otra vez con los ismos.


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